Al otro día, los cabreros se despertaron muy temprano y llevaron sus ovejas a un gran cercado, para
que un cabrero solo pudiese custodiar el ganado y
se pusieron en marcha hacia la aldea a la cual debía
llegar la caravana de Don Quijote y efectivamente la
encontraron a unos cinco kilómetros de distancia de
la aldea, Don Quijote en su jaula por delante, acompañado de los cuatro soldados de la Santa Hermandad, después el cura y el canónigo y por último Sancho Panza.
Am nächsten Tag standen die Hirten früh auf und
brachten ihre Schafe in ein großes Gehege, damit ein
einziger Hirte sie hüten konnte und machten sich auf
den Weg in das Dorf, wohin sich auch die Karawane
mit Don Quijote bewegte. Tatsächlich stießen sie in
fünf Kilometer Entfernung vom Dorf auf diese, Don
Quijote in seinem Käfig an der Spitze, begleitet von
vier Soldaten der Santa Hermandad, dann der Pfarrer
und der Geistliche und am Schluss Sancho Panza.
Fueron los cincuenta cabreros a su encuentro y a
una distancia de unos veinte metros se arrodillaron,
bloqueando de esta forma la calle. Habían ya aprendido los soldados de la Santa Hermandad que contra
esta gente no se podía hacer nada, ni siquiera contra cuatro, porque tan hábiles eran en manejar sus
cayados, tan ágiles y tan fuertes, que antes de que
uno hubiese sacado la espada ya tenía la mano destrozada.
Die fünfzig Hirten gingen ihnen entgegen und knieten sich zwanzig Meter vor der Karawane auf den Boden, wodurch sie die Straße blockierten. Die Soldaten der Santa Hermandad wussten bereits, dass man
gegen diese Leute nichts ausrichten konnte, nicht
mal gegen vier von ihnen, denn sie handhabten ihre
Hirtenstäbe so flink und mit solcher Kraft, dass die
Hand zertrümmert war, noch bevor man überhaupt
ein Schwert ziehen konnte.
Viendo a los cabreros de rodillas bloqueando la
calle, la caravana se detuvo, porque no quedaba otra
cosa que hacer. Tras una tensa espera, uno se puso
de pie y dijo:
Als die Karawane die Hirten sah, die kniend die Straße blockierten, hielt sie an, denn dies war das Einzige,
was sie tun konnte. Nach einer angespannten Stille
erhob sich einer der Hirten und sprach.
links
rechts
Caballero Andante Don Quijote de la Mancha,
aquí están los cabreros de Andalucía, que harán tu
brazo fuerte, más fuerte todavía. ¡Mandad a vuestros
servidores
„Fahrender Ritter Don Quijote de la Mancha, hier
sind die Hirten von Andalusien, die deinen starken
Arm noch stärker machen werden. Befehlt euren Dienern!“
Gran asombro en la caravana. El cura y el canónico
no sabían qué decir. Si hubiese sido un solo cabrero, o dos,... incluso si hubiesen sido tres o cuatro,
se hubiera podido pensar que se estaban burlando.
Pero era todo un ejército de cabreros y no daban la
impresión de burlarse. Los que estaban arrodillados
tenían la mirada inclinada, pero asiendo férreamente
sus bastones y estaba bien claro que con una velocidad de relámpago podían levantarse y atacar
Groß war die Überraschung in der Karawane. Der
Pfarrer und der Geistliche wussten nicht, was sie sagen sollten. Wenn es nur ein einziger Hirte gewesen
wäre, oder zwei... auch noch wenn es drei oder vier
gewesen wären, dann hätte man glauben können,
dass sie sich lustig machten. Doch es war ein ganzes Herr, und sie machten nicht den Eindruck, sich
lustig zu machen. Die, die knieten, hielten den Blick
gesenkt, wobei sie ihre Hirtenstöcke fest umklammert
hielten und es war vollkommen klar, dass sie mit der
Geschwindigkeit eines Blitzes aufstehen und angreifen konnten.
Pero el más asombrado era Don Quijote mismo.
Primero porque en todos los libros de caballería no había leído nunca que cabreros acudiesen en socorro
de un caballero andante y segundo porque ni siquiera él estaba completamente seguro de que todo lo
descrito en los libros sobre los caballeros andantes
fuese cierto. Tantas palizas había recibido, que ya
comenzaba a dudar como el pueblo judío dudó al ser
perseguido por los egipcios; y más todavía, cuando
no hubo nada que comer en el desierto y fue menester que Jehová mandara maná del cielo, para que
creyesen de nuevo. Después de otro largo rato, lanzó
esta arenga.
Doch der, der am meisten überrascht war, war Don
Quijote selbst. Erstens, weil er noch nie in einem Buch über die fahrenden Ritter gelesen hatte, dass
die Hirten einem fahrenden Ritter zur Hilfe eilten,
und zweitens, weil auch er nicht richtig sicher war,
ob denn alles, was in den Ritterbüchern steht, auch
tatsächlich richtig war. So viele Tracht Prügel hatte er
bezogen, dass er anfing zu zweifeln, wie das jüdische
Volk zweifelte, als es von den Ägyptern verfolgt wurde oder als es in der Wüste an Nahrung mangelte und
Jehova Mana vom Himmel schicken musste, damit
sie wieder glauben konnten. Nach einer langen Zeit,
hielt er diese Ansprache.
- ¡Cabreros de Andalucía! En el momento justo
venís, para que nuestros esfuerzos se unan bajo la
bandera de la sin par Dulcinea del Toboso. Hora era
que el gran mago Merlín os mandara, para pararle
definitivamente los pies a la fuerza del mal que me ha
metido en esta jaula. Abrid os ruego la jaula, para que
la edad dorada se haga realidad, usando la persuasión, si es posible o por la fuerza, si no lo fuere
„Hirten von Andalusien! Ihr kommt zum richtigen
Zeitpunkt, damit sich unsere Kräfte unter dem Banner
der unvergleichlichen Dulcinea del Toboso vereinigen
können. Es war an der Zeit, dass der große Zauberer
Merlin euch entsandte, um die Füße des Bösen, das
mich in diesen Käfig gebannt hat, für immer zu binden. Öffnet den Käfig, damit das Goldene Zeitalter
anbreche. Möge dies durch die Überzeugungskraft
geschehen, so dies möglich, oder durch die Kraft,
wenn es nicht möglich.“
No era menester decir nada. Bastaba con que los
cincuenta cabreros se pusiesen de pie y que su cabecilla hiciera una señal apenas perceptible para los
cuatro soldados de la Santa Hermandad, para que la
jaula fuese abierta. Salió Don Quijote de la jaula y se
comportó como las leyes de la caballería andante lo
exigían. Una vez libre dijo:
Es war nicht nötig, etwas zu sagen. Es reichte, dass
die fünfzig Hirten sich aufrichteten und ihr Anführer
ein Zeichen gab, von den vier Soldaten der Santa
Hermandad kaum wahrnehmbar, damit der Käfig sich
öffnete. Don Quijote entstieg dem Käfig und benahm
sich so, wie die Regeln der fahrenden Ritterschaft
dies verlangten. Als er frei war sagte er:
- ¡Soldados de la Santa Hermandad! Más grande es aquél que perdona en el momento del triunfo
que aquél que toma feroz venganza. Habéis sido hechizados por las fuerzas del mal, no habéis podido
distinguir entre lo bueno y lo malo. Yo os perdono y
os permito integraros en el ejército que lucha bajo la
bandera de la sin par Dulcinea del Toboso. Repetid
este juramento y seréis inmediatamente aceptados.
“Soldaten der Santa Hermandad! Größer ist der,
der im Moment des Triumphes vergibt, als der, der
schreckliche Rache nimmt. Ihr seid durch die Kräfte der Finsternis verhext worden, konntet nicht zwischen dem Guten und dem Bösen unterscheiden. Ich
verzeihe euch und erlaube euch, euch in das Heer,
das unter dem Banner der unvergleichen Dulcinea
del Toboso kämpft, einzureihen. Wiederholt diesen
Schwur und ihr seid akzeptiert.“
Bandera de la sin par Dulcinea del Toboso
legado de nuestros héroes, símbolo de la unidad
de nuestros padres y de nuestros hermanos.
Te prometemos ser siempre fieles
a los principios de libertad y justicia,
que hacen de nuestra sin par Dulcinea del Toboso
la dama de nuestro corazón, la estrella que nos guía
y a la que entregamos nuestra existencia.
Banner der unvergleichlichen Dulcinea del Toboso,
Vermächtnis unserer Helden, Zeichen der Einheit
unserer Väter und unserer Brüder.
Wir versprechen, den Prinzipien der Freiheit
und Gerechtigkeit immer treu zu sein, die die unvergleichliche Dulcinea del Toboso zur Dame unseres
Herzen macht, zum Stern, der uns leitet und der wir
unser ganze Leben widmen.
Tanto les daba a estos soldados que el juramento
fuese al rey, a la patria, a Dios, a Muhammad o a la sin
par Dulcinea del Toboso, que juraron fervientemente
lo que se les mandaba.
Den Soldaten war es völlig egal, ob sie dem König,
dem Vaterland, Gott, Mohammad oder der unvergleichlichen Dulcinea del Toboso einen Schwur leisteten, sie schworen, was man ihnen befahl.
Mostraron los cabreros que aceptaban a sus nuevos hermanos arrodillándose de nuevo. Después el
cabrero preguntó:
Die Hirten taten kund, dass sie ihre neuen Brüder
akzeptierten und knieten wieder nieder.
- ¿Qué más manda la flor y nata de la caballería
andante, nuestro señor Don Quijote de la Mancha?
Dann fragte
der Hirte: „Was befiehlt die Blüte der fahrenden Ritterschaft, unser Herr Don Quijote de la Mancha?“
A lo cual Don Quijote respondió:
- Clemencia debe de haber, para los guiados por
la ignorancia. Siguieron a las fuerzas del mal, mas
justicia para las fuerzas del mal que llevaron a los
pobres inocentes a la perdición con vagas promesas,
despertando instintos malvados, haciéndoles creer
que nunca habrá castigo para sus actos criminales,
convirtiendo hombres en bestias, justificando el robo
y burlándose de la Humanidad. Meted a los dos cuervos negros, que van al final de la caravana, en la
jaula. Después voy a decidir lo que haré con ellos.
Worauf Don Quijote antwortete: „Gnade für die,
die Unwissenheit führte. Sie folgten den Kräften des
Bösen. Doch Gerechtigkeit möge walten, was die
Kräfte des Bösen selbst betrifft. Sie führten die Unschuldigen mit vagen Versprechen ins Verderben, erweckten niederträchtige Instinkte, ließen sie glauben,
dass ihre Verbrechen nie bestraft würden, sie verwandelten Menschen in Raubtiere, rechtfertigten den
Raub und traten die Humanität mit Füßen. Sperrt die
zwei schwarzen Krähen am Ende des Zuges in den
Käfig. Später werde ich entscheiden, was mit ihnen
geschehen soll.“
No hacía falta que se hablara o que se dieran nuevas órdenes. Cuatro cabreros se pusieron en marcha
y se dirigieron al cura y al canónigo, los tomaron por
los brazos y los encerraron en la jaula. Cuando estuvieron en la jaula Don Quijote dio nueva orden que
constaba solamente de una palabra:
Es war nicht nötig, weitere Befehle zu geben. Vier
Hirten setzten sich in Marsch und wandten sich an
den Priester und den Geistlichen, packten sie an den
Armen und sperrten sie in den Käfig. Als sie im Käfig
waren, gab Don Quijote einen neuen Befehl, der nur
aus einem einzigen Wort bestand:
- ¡Vamos!
„Los!“
Así se puso otra vez en marcha toda la caravana,
los cincuenta cabreros delante de la jaula, Don Quijote sobre Rocinante detrás de ellos, detrás de él la
jaula, con el cura y el canónigo dentro y a cada lado
de la jaula dos soldados de la Santa Hermandad.
So setzte sich die ganze Karawane wieder in Marsch,
die fünfzig Hirten vor dem Käfig, hinter ihnen Don Quijote auf Rocinante, hinter jenem der Käfig, in dem sich
der Pfarrer und der Geistliche befanden und an der
Seite jeweils zwei Soldaten der Santa Hermandad.
No habían caminado de esta forma ni siquiera dos
kilómetros, cuando vieron que se acercaba un grupo
de personas disfrazadas de penitentes que llevaban
sobre sus hombros una figura de la Virgen María.
Hacían esto porque desde hacía meses no había
llovido y creían que Dios les mandaba ese castigo
-la sequía- por algún pecado que inconscientemente
habían cometido y pedían a Dios que dejara caer
agua para salvar la cosecha.
Sie waren noch nicht zwei Kilometer gegangen, als
sie sahen, wie sich ihnen eine als Pilger verkleidete
Gruppe näherte, die auf ihren Schultern eine Figur
der Jungfrau Maria trugen. Sie taten dies, weil es
schon seit Monaten nicht mehr geregnet hatte und
sie glaubten, dass Gott ihnen diese Plage, die Dürre,
gesendet hatte, um sie für eine Sünde zu bestrafen,
die sie unbewussterweise begangen hatten, und sie
baten Gott, dass er es regnen lassen möge, um so die
Ernte zu retten.
Levantó Don Quijote la mano y la caravana se
detuvo. Esperó Don Quijote hasta que se hubieron
acercado lo bastante para que le pudiesen oír y les
preguntó:
Don Quijote hob die Hand, und die Karawane stand
still. Don Quijote wartete, bis sie nah genug heran waren, damit sie ihn hören konnten und fragte:
- ¿Quién es la dama que lleváis sobre vuestros
hombros?
- Es la virgen María - respondieron los falsos penitentes.
Wer ist die Frau, die ihr auf euren Schultern
tragt?“
„Das ist die Jungfrau Maria“, antworteten ihm die
falschen Pilger.
Don Quijote lleno de cólera preguntó a los cabreros:
Don Quijote fragte voller Wut die Hirten:
- Soldados que conocéis las reglas de la caballería
andante: ¿Quien es esta dama?
- Es la sin par Dulcinea del Toboso - dijeron a
coro
„Soldaten, die ihr die Regeln der fahrenden Ritter
kennt: Wer ist diese Frau?“
„Das ist die unvergleichliche Dulcinea del Toboso“,
antworteten diese im Chor.
Nada más decir esto, agarraron sus garrotes con
las dos manos, dispuestos a atacar.
Kaum hatten sie das gesagt, umfassten sie ihre Hirtenstäbe mit zwei Händen, bereit anzugre
Don Quijote preguntó nuevamente a los penitentes:
Don Quijote fragte die Pilgerer noch mal:
- ¿Quién es la dama que lleváis sobre vuestros
hombros?
- Es la sin par Dulcinea del Toboso – manifestaron
los penitentes.
„Wer ist die Frau, die ihr auf euren Schultern
tragt?“
„Das ist die unvergleichliche Dulcinea del Toboso“,
bekannten die Pilger.
A lo que Don Quijote respondió:
- Se distingue el caballero andante de Tomás de
Torquemada por ser los caballeros andantes clementes y aquél inexorable. A vosotros, gente sencilla que no habéis podido comprender lo malvado de
vuestros actos, os perdono como condeno los que
os han inducido a seguir el camino de la perdición.
Para mayor gloria de la sin par Dulcinea del Toboso
andad ahora a la cabeza de la caravana.
Darauf antwortete Don Quijote:
„Hierin unterscheidet sich der fahrende Ritter von
Tomás de Torquemada. Die fahrenden Ritter sind
barmherzig und jener unerbittlich. Euch, einfache
Leute, der euch der Verstand fehlt, die Niedertracht
eurer Handlungen zu erkennen verzeihe ich, wie ich
jene verdamme, die euch auf den Pfad der Verderbnis
führten. Zum größeren Ruhm der unvergleichlichen
Dulcinea del Toboso, geht jetzt an der Spitze des
Zuges.“
Y de esta manera entraron en la aldea donde Don
Quijote había tranquilamente vivido durante cincuenta años.
Und so trafen sie in dem Dorf ein, in dem Don Quijote friedlich 50 Jahre gelebt hatte.
Era un día de domingo. Toda la gente, que a decir
verdad, no era demasiada, estaba reunida en la Plaza
Mayor y el silencio se escurría por las paredes de las
casas como la grasa fría en una olla.
Es war ein Sonntag. Alle Bewohner, es waren ja,
um die Wahrheit zu sagen, nicht allzu viele, waren auf
der Plaza Mayor versammelt und die Ruhe triefte die
Wände herunter wie das Fett an einem Kochtopf.
Quiso la casualidad que, justo en el momento en
que la caravana entraba en el pueblo, tocaran las
campanas de la iglesia. Muy sorprendidos quedaron
los aldeanos al ver a su cura en la jaula y a Don Quijote, de cuyas hazañas ya estaban enterados todos y de las cuales se habían reído un montón, montado
sobre Rocinante, dando órdenes a los cabreros y hasta a los soldados de la Santa Hermandad.
Der Zufall wollte es, dass genau in dem Moment,
als die Karawane in das Dorf kam, die Glocken der
Kirche läuteten. Die Bewohner des Dorfes waren sehr
überrascht, als sie den Pfarrer im Käfig sahen und
Don Quijote, von dessen Heldentaten sie bereits gehört und über die sie schon herzlich gelacht hatten,
hoch zu Ross auf Rocinante, wie er den Hirten und
sogar den Soldaten der Santa Hermandad Befehle
erteilte.
El cabecilla de los cabreros, o más bien aquél que
hacía de cabecilla, porque los cabreros en general
hacían lo que se les daba la gana, se puso encima
del muro de una fuente que se encontraba en medio
de la plaza y pronunció un discurso que dejó perplejos a los aldeanos.
Der Anführer der Hirten, oder besser gesagt, derjenige, der den Anführer spielte, denn die Hirten machten im Allgemeinen, was ihnen Spaß machte, stellte
sich auf die Mauer eines Brunnens, der sich in der
Mitte des Platzes befand und hielt eine Rede, die die
Bewohner nun vollends verwirrte.
- ¡Aldeanos! Volvió el caballero andante Don Quijote de la Mancha a su aldea natal, para que parte de
su esplendor recaiga también sobre la aldea en cuyo
regazo pudo prepararse para embestir a todos los
malvados gigantes de la Tierra, deshacer toda clase
de entuertos, socorrer a los menesterosos, caer como
un rayo sobre los ejércitos del Infierno en honor de la
sin par Dulcinea del Toboso, cuya imagen veis ahí. A
menudo Jehová no acudió en socorro de su pueblo y
no dejó a Moisés entrar en la tierra prometida, mientras la sin par Dulcinea del Toboso nunca se movió
del lado de nuestro caballero andante Don Quijote de
la Mancha. Aunque la relación no esté siempre muy
equilibrada, Dulcinea os ama tanto como vosotros la
amáis. Dulcinea del Toboso no es divina, es el Cielo
llevado a la Tierra, que es mucho mejor que llevar la
Tierra al Cielo, porque eso de esperar hasta que la
Tierra llegue al Cielo es cosa de indolentes y, cuando
se es perezoso, se engorda, lo que es algo muy malo.
Ahora rezad conmigo.
„Bewohner dieses Dorfes! Der fahrende Ritter Don
Quijote de la Mancha ist zurückgekehrt in sein Heimatdorf, damit ein Teil seinen Ruhmes auch dem Dorf
zuteil werde, in dessen Schoß er sich darauf vorbereitete, alle ruchlosen Giganten dieser Welt anzugreifen,
alles Unrecht zu rächen, den Bedürftigen zur Hilfe zu
eilen, wie ein Blitz die Armeen der Hölle zu zersprengen, dies alles zu Ehren der unvergleichlichen Dulcinea del Toboso, deren Antlitz hier zu sehen ist. Oft ist
Jehova seinem Volk nicht zur Hilfe geeilt, ließ Moses
nicht ins gelobte Land gelangen, während die unvergleichliche Dulcinea del Toboso nie von der Seite
unseres fahrenden Ritters Don Quijote de la Mancha
wich. Wenn auch die Beziehung nicht immer ausgeglichen ist, so liebt euch Dulcinea del Toboso doch
so, wie ihr sie liebt. Dulcinea del Toboso ist nicht göttlich, sie ist der Himmel auf Erden, was viel besser ist,
als die Erde, in den Himmel zu heben, denn darauf zu
warten, dass die Erde in den Himmel geht, ist was für
Faulpelze und wenn man faul ist, wird man dick, was
sehr schlecht ist. Betet jetzt mit mir.“
Pater noster, qui es in caelis,
sanctificatur nomen tuum:
Adveniat regnum tuum:
Fiat voluntas tua, sicut in caelo et in terra:
panem nostrum quotidianum da nobis hodie et
dimitte nobis debita nostra,
sicut et nos dimittimus debitoribus nostris.
Pater noster, qui es in caelis,
sanctificatur nomen tuum:
Adveniat regnum tuum:
Fiat voluntas tua, sicut in caelo et in terra:
panem nostrum quotidianum da nobis hodie et
dimitte nobis debita nostra,
sicut et nos dimittimus debitoribus nostris.
Y así con las manos devotamente entrelazadas rezó,
murmurando en latín lo que le pareció muy oportuno,
porque ni él ni los otros entendían lo que rezaba y de
esta manera nadie, fuese del credo que fuese, podía
reprocharle ninguna blasfemia.
Und so betete er inbrünstig mit gefalteten Händen,
murmelte etwas auf Latein, was ihm sehr günstig
schien, denn weder er noch die anderen verstanden,
was er betete, so dass niemand, egal welchen Glaubens, ihn der Blasphemie bezichtigen konnte.
Los aldeanos no sabían realmente qué pensar del asunto, mas como la forma, y eso era lo que contaba, se asemejaba tanto a una misa a pesar de que el
contenido era algo distinto, creían que se trataba de
algo que ya conocían.
Die Dorfbewohner wussten wirklich nicht, was sie von dem Vorgang halten sollten, da jedoch die Form,
und das war das Entscheidende, so sehr einer Messe
glich, obwohl der Inhalt etwas anders war, dachten
sie, dass es sich um etwas handle, was sie kennen.
Habiendo terminado su oración, los cabreros comenzaron a tocar un ritmo con las manos y sus garrotas y de repente cantaron.
Nachdem sie ihr Gebet beendet hatten, begannen
die Hirten mit ihren Händen und ihren Stöcken einen
Rhythmus zu schlagen und dann sangen sie.
Quiero sentir el despertar del canto,
que incluso en las piedras duerme;
y que se entienda, en el fondo de cualquier alma,
la luna que brilla clara y resplandeciente.
Quiero tener un tambor para tocar la utopía,
en los ojos del gusano más vil
asomar la sorpresa
y quiero ver desaparecer cualquier ideología.
Quiero que no haya verdades,
que la piel no sienta
y que entre la piel y el puño,
aparezca la belleza
Ich möchte, dass der Gesang erwacht,
der selbst noch in den Steinen ruht
dass man erfährt, dass im Grunde jeder Seele
hell und klar, der Mond ruht.
Ich möchte eine Trommel haben, darauf die Utopie <
zu trommeln, in den Augen des gemeinsten Wurms
möchte ich Erstaunen sehen, und ich möchtejede
Ideologie verschwinden sehen.
Ich möchte, dass es keine Wahrheiten mehr gibt,
die die Haut nicht spürt
und dass zwischen der Haut und der Faust
die Schönheit entsteht.
Y después de haber terminado esta canción, la
cantaron otra vez y mientras cantaban dejaron salir
al cura y al canónigo de la jaula, les dieron un par de
palmaditas en el hombro y se despidieron de ellos.
Luego se despidieron también de Don Quijote y haciendo señas a los que en la plaza estaban y siguiendo cantando, salieron de la plaza y lentamente se
perdieron en la oscuridad de la noche que mientras
tanto había caído.
Und nachdem sie dieses Lied beendet hatten, sangen sie es noch einmal und ließen dabei den Pfarrer
und den Geistlichen aus dem Käfig, klopften ihnen
ein paar Mal auf die Schultern und verabschiedeten
sich von ihnen. Dann verabschiedeten sie sich auch
von Don Quijote und winkten allen zu, die auf dem
Platz standen, sangen immer weiter, verließen den
Platz und verloren sich langsam in der Dunkelheit der
Nacht, die inzwischen angebrochen war.
Poco a poco también se atenuó el canto y únicamente se oían un par de carcajadas a las cuales se
unieron, esto se podía oír claramente, algunas risas
de mujeres
Dann wurde auch der Gesang allmählich leiser und
man hörte nur noch Gelächter, unter dem man auch
ganz klar das Lachen von Frauen vernehmen konnte.
Los aldeanos no sabían muy bien lo que debían
pensar de todo esto, pero cuando oyeron el „cabrones“ del cura, ellos también prorrumpieron sonoras y
profundas carcajadas.
Die Bewohner wussten immer noch nicht, was sie
von all dem halten sollten, doch als sie hörten, wie
dem Pfarrer ein „Schurken“ entfuhr, dann brachen
auch sie in schallendes Gelächter aus