Donde se cuenta el plan que tenía el cura para llevar a Don Quijote a casa.
Wo von dem Plan berichtet wird, den der Pfarrer
hatte, um Don Quijote nach Hause zu bringen
links
rechts
Habiendo arreglado los cabreros todo lo que por
arreglar había, dijeron a los dos niños que era hora de
volver a casa y se fueron.
Nachdem die Hirten alles geregelt hatten, was zu
regeln war, sagten sie den zwei Kindern, dass es Zeit
wäre, nach Hause zurückzukehren und reisten ab.
Lucinda y Dorotea se quedaron un rato más a hablar
sobre la música de ese rapaz y cómo era posible que
un niño cantara cosas que estaban muy por encima
de lo que correspondía a su edad. Luego se fueron
a la cama, porque a la mañana siguiente pensaban
volverse cada una a su casa jurándose que, a partir
de entonces, se iban a visitar muy a menudo pues no
vivían muy alejados la una de la otra.
Luscinda und Dorotea verweilten noch eine Weile,
um über die Musik des Knaben zu sprechen und wie
es sein konnte, dass ein Knabe von Dingen sang, die
für sein Alter so ungewöhnlich waren. Dann gingen
sie zu Bett, denn am nächsten Morgen gedachten
sie nach Hause zurückzukehren, schworen sich aber,
dass sie sich von nun an oft besuchen würden, denn
sie lebten nicht weit voneinander entfernt.
El otro barbero, no el vecino de Don Quijote, se
había ido ya para seguir sin dilación los consejos del
cabrero.
Y el tabernero ya pensaba en las riquezas que
ganaría gracias a Don Quijote.
Der andere Barbier, also nicht der Nachbar Don
Quijotes, war schon gegangen, um ohne Verzögerung
die Ratschläge des Hirten umzusetzen.
Der Kneipenwirt dachte nun an die Reichtümer, die
er dank Don Quijote verdienen würde.
Quedaron allá el barbero vecino de Don Quijote, el
cura, los cuatro soldados de la Santa Hermandad,
Sancho Panza y Don Quijote. Este último estaba tan
cansado después de que lo hubieran hechizado otra
vez dejándolo colgado de un brazo al marco de la
buhardilla, que pronto le entró sueño, así que pudieron llevarlo a la cama.
Es verblieben der Barbier, der Nachbar Don Quijotes, der Priester, die vier Soldaten der Santa Hermandad, Sancho Panza und Don Quijote. Letzterer war,
nachdem er abermals verhext und an einem Arm an
der Dachluke aufgehängt worden war, so müde, so
dass man ihn zu Bett bringen konnte.
Por miedo a que los cabreros contaran que cuatro
soldados de la Santa Hermandad fueron vencidos
por un único hombre, los cuatro soldados preferirían
también que se volviera a casa y no apareciera por
ningún tribunal, porque entonces todo el mundo se
habría dado cuenta de que no servían para nada y
toda España se habría reído de ellos.
Aus Angst, dass die Hirten erzählen würden, dass
vier Soldaten der Santa Hermandad von einem einzigen Mann besiegt worden waren, schien es auch
den Soldaten günstiger, dass man ihn nach Hause
brächte und er nicht vor Gericht erscheinen würde,
denn dann hätte alle Welt erfahren, dass sie zu nichts
nütze sind und ganz Spanien hätten sie verspottet.
Pensaron pues en la mejor manera de llevar a Don
Quijote a casa.
Folglich sannen sie alle über die beste Möglichkeit
nach, Don Quijote nach Hause zu bringen.
En tanto así hablaban, entró un carretero de bueyes.
Al ver su carro se les ocurrió inmediatamente que
este carro, bien podría convertirse en una especie de
prisión sobre ruedas en la cual podían llevar a Don
Quijote de manera más segura a casa y sin burlarse
de él, es decir, tal como el cabrero había ordenado. Con un par de palos y tablas, convirtieron el carro en
una jaula. Creyendo que sería más fácil meter a Don
Quijote en esta jaula si creía que se trataba de la artimaña de un hechicero, se disfrazaron todos para que
no pudiese reconocer a nadie.
Während sie so sprachen, kam der Kutscher eines
Ochsenkarrens herein. Als sie den Karren sahen, kamen sie sofort auf die Idee, dass dieser Karren sich
hervorragend als eine Art fahrendes Gefängnis nutzen
ließe, mit dem man Don Quijote auf eine sichere Art
und Weise und ohne sich über ihn lustig zu machen, also so, wie der Hirte es angeordnet hatte, nach Hause bringen konnte. Mit ein paar Pfählen und Brettern
verwandelten sie den Ochsenkarren in einen Käfig.
Da sie glaubten, dass es einfacher wäre, Don Quijote in diesen Käfig zu sperren, wenn er glaubte, dass
es sich um die List eines Hexers handle, verkleideten
sich alle, damit sie keiner mehr erkennen könne.
Una vez disfrazados se fueron al cuarto donde Don
Quijote tranquilamente roncaba, le asieron por los
brazos y los pies y lo metieron en la jaula. Don Quijote
hizo lo que en él era habitual en semejantes circunstancias, cuando para él la realidad era demasiado
humillante o hiriente. Buscó en su mente si alguna
vez hubo caballero andante que hubiese sido metido
en una jaula de este tipo, pero no encontró un hecho
similar por ninguna parte en todos los libros de caballería que conocía; y de esto dedujo, que él era un
caballero andante muy excepcional que ya superaba
en hazañas al mismísimo Amadís de Gaula.
Nachdem sie verkleidet waren, gingen sie in das
Zimmer, in dem Don Quijote friedlich schnarchte,
packten ihn an den Armen und den Beinen und
steckten ihn in den Käfig. Don Quijote tat, was er in
solchen Situationen, wenn die Realität ihn zu sehr erniedrigte und verletzte, zu tun pflegte. Er suchte in
seinem Gedächtnis nach einem fahrenden Ritter, der
in einen solchen Käfig gesteckt worden war, fand jedoch in keinem der Ritterbücher, die er kannte, ein
ähnliches Ereignis. Hieraus schloss er, dass er ein
ganz ungewöhnlicher fahrender Ritter sein müsse,
dessen Heldentaten die des Amadis de Gaula nun
schon überstiegen.
Después, la caravana se puso en marcha. El carro con los dos bueyes iba delante, escoltado por los
cuatro soldados de la Santa Hermandad. Tras ellos,
Sancho Panza montado en su burro, tirando de las
riendas de Rocinante y al final el cura y el barbero.
Danach setzte sich die Karawane in Marsch. Der
Karren mit den zwei Ochsen vorneweg, von den vier
Soldaten der Santa Hermandad eskortiert. Nach diesen Sancho Panza auf seinem Esel, der Rocinante an
den Zügeln führte und am Ende der Priester und der
Barbier.
Así iban, cuando vieron acercarse a seis jinetes que
los alcanzaron poco después, porque avanzaban a
la velocidad de los caballos y no de los bueyes. El
mejor vestido de ellos, como después se supo, era
un canónigo de Toledo que preguntó al cura, quién
era aquél que estaba en la jaula. El cura le contó brevemente la historia de Don Quijote, o sea repetía las
mismas tonterías que ya iban de boca en boca por
toda España, que la causa de su locura eran los libros
de caballería. A eso el canónigo le comentó, que él
también era de los que creían que los libros de caballería eran dañinos
So gingen sie, als sie sahen, wie sich ihnen sechs
Reiter näherten, die sie kurze Zeit später erreichten,
da sie sich mit Pferdegeschwindigkeit und nicht mit
der Geschwindigkeit von Ochsen bewegten. Der von
ihnen am besten Gekleidete war, wie man nachher
wusste, ein Geistlicher aus Toledo, der den Pfarrer
fragte, wer derjenige sei, der sich im Käfig befinde.
Der Pfarrer erzählte ihm kurz die Geschichte Don
Quijotes, er wiederholte also dieselben Dummheiten,
die man sich jetzt in ganz Spanien erzählte, dass der
Grund seines Wahnsinns die Bücher seien. Darauf
antwortete ihm der Geistliche, dass auch er der Meinung sei, dass die Ritterbücher schädlich seien.
Suerte tenía este canónigo de que poca gente prestara atención a sus palabras porque literalmente dijo
esto y podría uno preguntarse si no hubo confundido
algo. Refiriéndose a un libro de caballería dijo
Der Geistliche hatte Glück, dass nur so wenige auf
seine Worte acht gaben, denn wörtlich sagte er das
Folgende und man könnte auf die Idee kommen, dass
er etwas verwechselt habe. Sich auf ein Ritterbuch
beziehend sagte er wörtlich:
Canónigo:
-Pues, ¿qué hermosura, o qué proporción de partes
con el todo y del todo con las partes, puede haber en un libro o fábula donde un mozo de dieciséis años da una cuchillada a un gigante como
una torre?
Priester:
“Welche Schönheit, oder welchen Zusammenhang
eines Teiles mit dem Ganzen kann ein Buch oder eine
Fabel haben, bei der ein Junge von sechzehn Jahren,
mit ein paar Messerstichen einen Giganten groß wie
ein Turm niederwirft?
Sí, sí, sí, esto es muy ilógico.
Ja, ja, ja, das ist ganz und gar unlogisch.
Mas pregunto yo ¿cómo se llama el libro de caballería donde se cuentan cosas de este tipo? De
dónde fue sacada la historia de que un mozo de dieciséis años mata un gigante tan o más grande que
una torre. ¿Se llamaba por casualidad este libro de
caballería Biblia?
Doch, so frage ich, wie heißt das Buch, wo Dinge
dieser Art erzählt werden? Wo steht die Geschichte
von einem sechzehnjährigen Jungen, der einen Giganten groß wie ein Turm niederstreckt. Heißt dieses
Buch von den fahrenden Rittern etwa Bibel?
Biblia, 1 Samuel 17:49 Metió David su mano en la
bolsa, tomó de allí una piedra, la tiró con la honda e
hirió al filisteo en la frente. La piedra se le clavó en la
frente y cayó a tierra sobre su rostro. 50 Así venció
David al filisteo con honda y piedra. Hirió al filisteo y
lo mató, sin tener David una espada en sus manos.
Bibel, Samuel 1, 17 Vers 49 bis 50: Und David tat
seine Hand in die Tasche und nahm einen Stein daraus und schleuderte und traf den Philister an seine
Stirn, daß der Stein in seine Stirn fuhr und er zur Erde
fiel auf sein Angesicht. Also überwand David den Philister mit der Schleuder und mit dem Stein und schlug
ihn und tötete ihn, ohne ein Schwert zu haben.
¿Qué quiere decirnos el canónigo? ¿Qué las locuras son hermosas sólo si Jehová ayuda? O mejor todavía, ¿si tenemos cañones más potentes que el otro
y Jehová embellece nuestros actos
Was will uns der Geistliche sagen? Dass die Verrücktheiten nur schön sind, wenn Jehova hilft? Oder
besser noch, wenn wir mächtigere Kanonen haben
als der andere und Jehova unser Taten verschönt?
¡Bah! El que necesita un Dios para saber lo que es
bueno o malo, rara vez hace algo bueno; y la mayoría de las veces, únicamente ataca cuando sabe
que Dios vendrá en su ayuda, por lo tanto, no es muy
valiente que digamos, ¿cierto? Más valientes son los
caballeros andantes, que atacan aun sin saber si Dios
les ayudará o no
Bah! Wer einen Gott braucht, um zu wissen was gut
und böse ist, macht selten etwas Gutes oder attackiert nur dann, wenn er weiß, dass Gott ihm zur Hilfe
eilt, was ja nicht besonders mutig ist, stimmt’s? Mutiger sind die fahrenden Ritter, die auch dann angreifen, wenn sie nicht wissen, ob Gott ihnen hilft oder
nicht.