Cuando
llegó el día, las macizas
puertas del arco que daba entrada al caserón,
y sobre cuya clave se veían esculpidos
los blasones de su dueño, giraron
pesadamente sobre los goznes, con un chirrido
prolongado y agudo.
Un escudero reapareció en el dintel
con un manojo de llaves en la mano, restregándose
los ojos y enseñando al bostezar
una caja de dientes capaces de dar envidia
a un cocodrilo.
When the day came, the massive arched doors, which were the entrance to the house and above whose arch the crests of the owner could be seen, moved heavily and with a prolonged and shrill squeal in its hinges.
A squire appeared with a keychain in the door frame, rubbed his eyes and when he yawned, he showed teeth a crocodile would have been envious of.